Yo conferencio, tú conferencias…

Karla Paniagua R.
4 min readJun 20, 2023

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Dicté mi primera conferencia en 1998, a instancias de un colega y amigo que me aventó al ruedo. Mi primera entrega versó sobre The Inner Circle , películón de Andréi Konchalovski acerca de la vida de Alexandr Ganshin, el proyeccionista privado de Stalin.

Ha pasado una vida desde entonces. Ya perdí la cuenta de cuántas conferencias he dado lo mismo en auditorios diminutos que grandotes, donde he hablado para pocas o para muchas personas. Me sigue dando pánico el escenario: le sigo teniendo respeto, me sigue emocionando.

En fechas recientes mis estudiantes me han preguntado sobre los lineamientos para una conferencia que pegue con tubo; a continuación les comparto mis principios para conferenciar como se debe.

  1. Es una narración, entonces requiere estructura

Las conferencias son historias creadas para cambiar algo: un punto de vista, un conocimiento, incluso una conducta. Como historias que son, requieren una estructura. Yo suelo estructurar las mías con base en tres actos: un primer acto de historia personal (¿por qué me importa lo que voy a contar?), un segundo acto de gemas (los tesoros que tengo para entregar, los conocimientos profundos que ofrezco para provocar el cambio) y un tercer acto de llamado a la acción, metacognición y despedida. El orden puede cambiar dependiendo del efecto que busco, pero nunca olvido que es una historia.

2. La audiencia al centro

No existe el público en general. Cada historia debe adaptarse a una audiencia potencial: profesores, estudiantes, vicepresidentes, usuarios de un producto o servicio. En función de eso debe construirse la trama, no hay más que agregar sobre esto. No hay público pequeño: si vino poca gente, aprovecha para abrir la conversación.

3. Regalitos con alma

El público suele disfrutar mucho de los giveaways: postales, libros digitales, bienes con alma que acompañan la narración. Entonces siempre me pregunto ¿qué voy a entregar para que el espectador recuerde este momento? Y nunca, nunca es un deck de diapositivas. Por dios, ¡todos sabemos que nunca volverás a verlas! Dejemos de fingir.

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4. Respeta el tiempo de exposición

No hay nada más desagradable que un ponente que no se ajusta al tiempo de exposición. Ensaya, con un demonio. No te tienes que aprender un guión, pero sí tienes que asegurarte de que contarás todo lo necesario en el tiempo que te han dado. Si es una conferencia magistral (eres el/la rockstar del evento), tendrás hasta una hora; si es una ponencia (eres un expositor/a del montón), 20–30 minutos; si es una charla TED (divulgación fast track), 10 minutos. Si no te ofrecen un contador, consíguete uno y apégate al tiempo.

5. Apoyos visuales sí, diapositivas no

No necesitamos más diapositivas feas en este mundo. Procura hacer poquitas, bonitas y con imágenes, no repletas de texto. Son una guía para ti y un apoyo visual para la audiencia, nada más. Si puedes evitarlas, aún mejor. Si voy a dar una conferencia en línea, procuro apoyarme con tarjetas de cartulina en lugar de con diapositivas.

6. Presentaciones en congresos especializados

Si vas a presentar una ponencia académica, no olvides presentar la pregunta de investigación, el contexto, el método, los resultados y, si te alcanza el tiempo, tus recomendaciones.

7. Conocimiento para compartir

Suelo decir que, las buenas conferencias, son las que te entregan información que te sirve para sorprender a tus conocidos. Entonces pregúntate: ¿qué puedo decir que resulte tan relevante como para querer contárselo a alguien más?

8. Interactúa

Si la conferencia que presentarás en línea, aprovecha las bondades de las transmisiones por Zoom, Streamyard, YouTube e incorpora al público en la experiencia. Si tu audiencia es grande, pídeles que compartan palabras clave, emojis, preguntas, ya que no podrás escucharles a todos. Si te estás presentando en línea, puedes utilizar Mentimeter, Slido y otras soluciones para que el público pueda participar, siempre con un propósito en mente.

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9. Vístete para conferenciar

Aunque vaya a dar una conferencia en mi casa, siempre tengo presente que mi atuendo es parte de la historia. En los últimos años, mi esposo me ha ayudado a diseñar y producir playeras específicas con mensajes ocultos relacionados con el tema que abordaré y es maravilloso añadir esa capa de información a la experiencia. Ese es mi giveaway.

¿Qué aprendido de mis peores y de mi mejores conferencias? De las peores, que siempre, SIEMPRE debo ensayar para asegurarme de que la historia fluye tanto como para que yo me divierta, porque cuando no me la estoy pasando bien el público lo percibe de inmediato.

De las mejores he aprendido que, aunque vuelva a visitar un tema que ya he abordado, puedo encontrarle un ángulo nuevo que haga de esa historia algo irrepetible y memorable, en primera instancia para mí.

La mejor conferencia que he dado en la vida no ha llegado aún y eso es una fortuna. Significa que tengo más historias para contar.

¿Qué sugerencias faltan en esta lista?

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Karla Paniagua R.
Karla Paniagua R.

Written by Karla Paniagua R.

Coordinadora de estudios de futuros y editora en centro.edu.mx

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