Zettelkasten, el arma secreta de la investigación

Karla Paniagua R.
3 min readApr 22, 2022

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Tomar notas es un arte que aprendí en la universidad. Antes de eso, sabía copiar contenido y ponerle margen a los cuadernos, pero no sabía tomar buenos apuntes y hacer sentido con la información recolectada.

La primera lección importante que aprendí acerca de la toma de notas fue la relevancia de que los contenidos funcionen como piezas de Lego: modulares, autoexplicativos y susceptibles de interconexión. No vertir información en un cuaderno por materia o subrayar los textos (aunque no tengo nada en contra de subrayar y anotar los libros y artículos), sino escribir los propios pensamientos en tarjetas independientes, con referencias bibliográficas y citas útiles para trabajos ulteriores, preguntándose cómo se relaciona esta nueva información con el contenido previo: este procedimiento cambió mi vida para siempre.

Comencé la elaboración de estos andamios porque así me lo pedían los profesores, pero después encontré mi propio camino y seguí, como locomotora a todo vapor. A la fecha conservo un archivo con cientos de tarjetas sobre los temas que me rondan: dataviz; periodismo de datos; prospectiva; antropología interpretativa; transdisciplina; semiótica; lingüística, así como atados de tarjetas más pequeñas donde hago garabatos para posibles conferencias, juegos y otros materiales didácticos.

Mi Zettelkasten

Utilizo tarjetas de cartulina media carta para las notas elaboradas y tarjetas bibliohemerográficas para notitas crudas que pueden o no convertirse en algo con el paso del tiempo. Este archivo es como una nganga de donde salen remedios para las distintas preguntas que me acongojan.

Este procedimiento de anotación sistemática se llama Zettelkasten, el más famoso de la historia fue elaborado por Niklas Luhmann. Mi tarjetero es miserable frente al Godzilla de más de 90,000 piezas de información que comprende su archivo de tarjetas interconectadas. Pero no me agüito: el archivo Paniagua ha dado buenas faenas durante sus casi 30 años de vida y sigue sumando unidades.

El Zettelksaten de Luhmann

¿Cuál es tu arma secreta para investigar? Es una pregunta que escucho con frecuencia en las aulas y en las organizaciones con las que colaboramos: Zettelkasten es el principio de todo.

Vale la pena aclarar que este procedimiento no tiene que ver con anotar frenéticamente las tareas por realizar en sticky notes: las piezas de información del Zettelkasten son reflexiones personales con aparato crítico, susceptibles de ser archivadas y reacomodadas según se requiera. A continuación sintetizo las reglas de operación de esta arma ninja:

  1. Cada nota debe contener una idea y la redacción debe ser autoexplicativa. Además de explicar la idea e incluir las referencias bibliohemerográficas que sirvieron de inspiración (esto incluye libros, revistas, conferencias, testimonios, observaciones en terreno, información en redes sociales, películas, podcasts y un largo etcétera), anotar cómo es que esta idea puede relacionarse con otros contenidos del archivo.
  2. Desarrollar una nomenclatura personal para organizar y reorganizar la información: códigos de color, códigos alfanuméricos, separadores temáticos, etc.
  3. No copiar y pegar, sino redactar con las propias palabras. Se pueden incluir citas útiles, pero ese no es el corazón de la nota.
  4. Se puede hacer el archivo en versión analógica o digital. Yo hago mis notas a mano, pero cada quien sus cubas.

Si reconoces que tus notas son una vergüenza o que ni siquiera tomas apuntes porque todo lo registras en tu ̶c̶u̶l̶o̶ cabeza, puedes aprender y desarrollar el hábito. Sönke Ahrens te explica cómo hacerlo aquí o en el libro How to Take Smart Notes (2022).

Tomar notas no lo es todo, pero sin duda es el principio de un razonamiento nítido, pieza esencial de un buen proceso de investigación. Y tú, ¿cómo lo haces?

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Karla Paniagua R.
Karla Paniagua R.

Written by Karla Paniagua R.

Coordinadora de estudios de futuros y editora en centro.edu.mx

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