Haz bien la lluvia de ideas, carajo

Karla Paniagua R.
5 min readDec 7, 2022

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En 1953, el publicista y fundador de BBDO, Alex Osborn, publicó el libro Applied Imagination, obra en la que introduce un marco teórico-metodológico para la solución de problemas. El mundo no volvió a ser el mismo desde entonces y el pobre Osborn no descansa en paz, considerando todos los atropellos que se cometen en su nombre.

La tesis del autor, palabras más, palabras menos, es que andamos muy faltos de imaginación para resolver los problemas de la vida diaria: las organizaciones, las parejas, los individuos, los padres y las madres de familia, necesitan con urgencia unas buenas inyecciones de Imaginatil-D.

Al final de cada apartado, Osborn plantea preguntas y ejercicios para espabilarte, además de que cada capítulo cuenta con una exhaustiva fundamentación que evidencia la seriedad con la que el autor recuperó, organizó y respaldó las experiencias propias y ajenas, para proponer las siguientes etapas del proceso problem-solving, enunciadas en “Fases del pensamiento creativo” del capítulo XI:

  1. Orientación: Delimitar el problema.
  2. Preparación: Recopilación de los datos contextuales en relación al problema.
  3. Análisis: Desglosar el material investigado en torno al problema.
  4. Hipótesis: Acumular alternativas de posibles soluciones.
  5. Incubación: Invitar a la iluminación, dejar que las cosas se acomoden.
  6. Síntesis: Unir las piezas.
  7. Verificación: Poner a prueba las ideas resultantes.

Estas fases abrevan fuertemente del trabajo de Graham Wallas y Osborn invoca a otros autores para fortalecer su propuesta.

Una vez que el problema ha sido pre-producido adecuadamente, Osborn propone una serie de operaciones para descomponer y solucionar el problema: adaptación, modificación, sustitución, adición, multiplicación, sustracción, división, magnificación, minimización, reacomodo, reversa y combinación. Cada una es explicada y ejemplificada de manera clara para facilitar su aplicación en distintos contextos.

Alex Osborn pidiéndote que no uses el nombre de su método en vano. Fuente: https://creativity7.wixsite.com/alexosborn

Este conjunto de operaciones mentales debe ponerse en juego durante sesiones de trabajo colaborativo que el propio Osborn comenzó a realizar con sus colaboradores de BBDO en los treinta; las llamaba lluvia de ideas porque todos los participantes debían poner a trabajar el cerebro en torno a un propósito común, aplicando las fases del pensamiento creativo antes enunciadas y las operaciones mentales que referí.

En la década de los setenta, Robert F. Eberle acomodó dichas operaciones en un acrónimo para facilitar su memorización: SCAMPER. Digamos que empacó de una forma más accesible el pensamiento de Osborn.

Una de las lecciones más importantes del método de Osborn es que LA LLUVIA DE IDEAS NO ES LO PRIMERO QUE SE TE OCURRA, PEDAZO DE MARMOTA. Es el resultado de un proceso de investigación, análisis y reflexión que puede realizarse de manera individual o en conjunto y que se dirige a la solución de un problema específico, previo planteamiento de la situación y comprensión de su contexto.

La segunda lección importante es que Osborn advierte de manera insistente acerca del peligro que representan las distracciones, nuestro kraken de cada día.

El kraken de la distracción acechándote. Fuente: Ancient-origins.net

La tercera lección importante es que para Osborn, como para muchos otros estudiosos del proceso creativo como Guilford, Torrance y Csíkszentmihályi, el lugar donde ocurre la magia es importante. A propósito de esto, Osborn afirma en el capítulo XX:

Por regla general, las oficinas son mejores para el funcionamiento judicial que para el pensamiento creativo. Un hombre que conozco ha descubierto que puede reflexionar sobre problemas creativos mucho mejor quedándose en casa por la mañana. Una vez, cuando me enfrentaba a una ardua tarea creativa, me fui a una posada a más de 160 kilómetros de distancia. No sólo no me interrumpieron, no sólo me alejé de la rutina, sino que, como había hecho el esfuerzo de ir tan lejos sólo para dedicarme a un esfuerzo creativo, mi imaginación parecía funcionar mucho mejor. El mero hecho de hacer ese viaje tendió a agudizar mi ingenio creativo.

Al lugar habría que añadir la disposición de los recursos y de las personas que participan en un mismo espacio. A propósito de esto, el diseñador Luki Huber, creador de Manual Thinking, afirma que en las sesiones creativas las personas trabajan mucho mejor en mesas altas, para estar de pie y moverse con mayor libertad, no aplastado y con cara de fuchi, como ciertas personas que conozco.

Cuando estoy en mi oficina, separada con un delgado cristal del pasillo por donde todo el mundo pasa, saluda, pregunta si puede entrar o simplemente transita haciendo ruido, pienso en Alex Osborn en aquella posada silenciosa y me alegro de no tener granadas de fragmentación en el bolso (gracias a mis colegas que también van desarmados a trabajar, porque soy muy escandalosa).

El estudio y los materiales de Manual Thinking en Barcelona. Fuente: Manual Thinking.

Conocí Applied Imagination hace una década, cuando en CENTRO realizamos la investigación que años más tarde dio lugar al Prontuario de técnicas creativas, colección de las mejores técnicas y métodos para facilitar la solución de problemas. Desde entonces, emprendí una campaña en contra de la lluvia de ideas descafeinada, que consiste en sentarte con una bola de compadres igual de norteados que tú para disparar propuestas de solución en torno a un problema que todos desconocen.

Alex Osborn se revuelca en su tumba cada vez que llamas a ese encuentro de pacotilla “sesión de brainstorming”, ¡ya déjalo descansar en paz, con un demonio!

¿Qué podemos aprender de todo esto? Cuando se hace bien, la lluvia de ideas sí funciona, pero requiere trabajo preparatorio, investigación, concentración y espacios apropiados (físicos o virtuales) para que el proceso fluya, condición crucial para el proceso creativo.

La lluvia de ideas no es una junta con pizzas, sino una sesión de estudio y trabajo conjunto para encarar un problema de manera sistemática. Existen otros caminos para lograrlo: TRIZ, SIT, SYMPLEX, son algunos que también puedes explorar en lugar de escupir ideas a lo baboso.

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