Maquinitas para resolver problemas

Karla Paniagua R.
7 min readMay 6, 2024

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Fui invitada a un encuentro de innovación para hablar de tecnologías maravillosas que facilitan la solución de problemas técnicos. Durante semanas he masticado qué herramientas quiero presentar y a continuación se las compartiré.

Comencemos por aclarar una cosa, ¿a qué me referiero por innovación? A la implementación de un producto, servicio o proceso, método de comercialización o método organizativo significativamente mejor, noción que retomo del Manual de Oslo. Entendamos que lo innovador puede o no ser nuevo, pero SIEMPRE debe ser sustantivamente mejor.

La innovación es distinta de la invención, que se relaciona con el acto de crear algo nuevo, susceptible de registro como propiedad intelectual o industrial (o como Creative Commons, según prefieras).

  1. Teoría para la Resolución de Problemas Inventivos (TRIZ)

Este método fue creado por Genrich Altshuller, ingeniero y marino nacido en Uzbekistán. Durante la II Guerra Mundial, este caballero revisó cientos de miles de patentes como parte de su trabajo y descubrió que la inventiva sigue un patrón.

Altshuller le escribió una airosa carta a Stalin para compartir sus hallazgos, pero a Stalin no le gustó lo que Altshuller le dijo y lo mandó a Siberia. Estado allá, aislado, cagado de frío y sometido a marchas forzadas, Altshuller perfeccionó sus ideas e intercambió sus conocimientos con otros reclusos. Cuando fue liberado tras la muerte de su amigo Stalin, Genrich migró a Estados Unidos, donde continuó investigando y escribiendo relatos de ciencia ficción.

La TRIZ tiene una reputación extraña, hay quienes la consideran una especie de culto o una logia con miembros secretos. De cualquier modo, he podido corroborar su utilidad para encarar problemas técnicos. Como ejemplo ilustrativo, comparto dos principios cruciales que sugiero visitar:

La solución al problema debe provenir del propio sistema. Esta premisa se relaciona directamente con la figura popular y mal entendida de “pensar afuera de la caja” que se desprende del experimento creado por el psicólogo alemán Karl Duncker. El experimento va así:

A la altura de los ojos y sobre una mesa se colocan tres pequeñas velas, una al lado de la otra, también se ponen algunas chinchetas y tres cajitas de cartón del tamaño de una caja de cerillas, con diferentes formas y colores. A la persona que participa en el experimento se le pide que sujete las velas al muro. En distintas versiones del experimento los objetos se colocan dentro o fuera de las cajas para producir resultados diferentes.

La solución idónea consiste en usar las cajas como porta-velas, sujetándolas al muro con las chinchetas, resultado que no se alcanza fácilmente en la versión del experimento en el que las cajas están llenas porque el sujeto asocia esta disposición con el uso de la caja como contenedor y no como porta-velas: Duncker llamó a esta tendencia cognitiva “fijación funcional”.

Adapté la descripción del experimento de Duncker a mi propia ilustración porque observé que las representaciones habituales del experimento eliminan elementos cruciales, como que son varias velas, varias cajas y diferentes objetos además de las tachuelas.

Duncker acertó al explicar que los usos habituales que atribuimos a las cosas influyen en la manera en la que solucionamos problemas, por lo que debemos “pensar afuera de la caja”, descubriendo nuevos usos a los recursos que tenemos en el sistema. Si no conoces el contexto de la expresión, podrías pensar que “pensar afuera de la caja” es “encontrar soluciones afuera del sistema”, pero no es así, ¿de acuerdo? Ahora que sabes la verdad, deja de reproducir esa idea errónea, por favor.

Altshuller estableció que los dilemas de inventiva suelen resolverse con los mismos elementos jugados de otra manera, tal como lo prueban las investigaciones de Duncker, cuya publicación de resultados es contemporánea al retiro forzado de Altshuller en Siberia.

La otra idea crucial de Altshuller es que los problemas de inventiva están estrechamente relacionados con la identificación y solución de contradicciones técnicas, por lo que el quid del asunto es hallar esas contradicciones con la idea de resolverlas combinando los propios elementos del sistema (capital humano, infraestructura, recursos financieros, recursos naturales).

Esto suena muy bien, pero el propio Althuller advierte que la innovación siempre tiene efectos indeseables (y esto en sí mismo podría considerarse un tercer principio a tomar en cuenta), es decir que a pesar de nuestros esfuerzos para resolver contradicciones técnicas, el hilo tenderá a romperse por alguna parte. Altshuller sistematizó los efectos indeseables más recurrentes en una matriz de contradicción.

La catástrofe del robot Roomba, mi ejemplo favorito de efectos indeseables de la innovación

De acuerdo con Altshuller, los métodos más potentes para resolver problemas son:

  1. Hacerlo a la inversa
  2. Cambiar el estado de la propiedad física
  3. Hacerlo por adelantado
  4. Hacerlo un poco menos
  5. «Matreshka»

Para explorarlos y practicarlos, te sugiero que consultes And Suddenly the Inventor Appeared. Diversas empresas han empaquetado estos y otros elementos de la TRIZ en soluciones para consulta rápida e implementación en talleres. Por ejemplo, acá puedes probar estas tarjetas digitales de Idea Plant. La misma firma comercializa las tarjetas en versión impresa, prueba la versión digital antes de ir corriendo como gallina sin cabeza a comprar las tarjetas.

2. Pensamiento Inventivo Sistemático. Ahora, un poema. Hace unos pocos años, Drew Boyd y Jacob Goldenberg publicaron el libro Inside the Box, que sintetiza las herramientas del Pensamiento Inventivo Sistemático (SIT, por sus siglas en inglés), marco que desarrollaron junto con Roni Horowitz y Amnon Levav para hacer la TRIZ más fluida y fácil de aplicar.

En su tesis doctoral y antecedente del libro, Horowitz retoma, entre otros principios, la ideación de soluciones de mundo cerrado (pensar afuera de la caja, pero dentro del sistema) como una condición para que el enfoque de SIT funcione. El título del ibro guiña al experimento de Duncker y a tu necedad de buscar soluciones “ultra disruptivas” que implican recursos que no tienes.

Las operaciones mentales de SIT son las siguientes: sustracción, multiplicación, división, unificación de tareas y dependencia de atributos. Si quieres aprender cómo funcionan, te recomiendo curiosear este artículo del Harvard Business Review.

El libro que le guiña a Duncker

He tenido la fortuna de estudiar tanto TRIZ como SIT con el acompañamiento de los discípulos de Althsuller y Goldenberg. En ambos casos he conocido a personas estupendas como Humberto Aguayo y Roy Bendor, grandes ninjas de los procesos inventivos.

Cuando tomé el curso de SIT con la firma homónima, recibí un primoroso set de tarjetas con las instrucciones para realizar cada operación mental; desafortundamente este material no se pudede difundir, ni he identificado toolkits o juegos de cartas específicos para este marco: si conoces alguno que funcione bien, me encantará saberlo.

3. Brainstorming con SCAMPER. Este acrónimo creado por Bob Eberle con base en el método de Imaginación aplicada de Alex Osborn es de uso bastante extendido. Si necesitas más contexto, aquí podrás enterarte de todo el chisme y aprenderás a ejecutar una lluvia de ideas de manera correcta.

El acrónimo refiere a siete procesos mentales que pueden ser utilizados para resolver problemas técnicos. Por si acaso no te los sabes, aclaro que son los siguientes: Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, cambiar el Propósito, Eliminar y poner en Reversa.

En fechas recientes la firma de innovación iLab, fundada por Víctor Moctezuma, lanzó el material didáctico Ten Malas Ideas, juego de cartas que incluye, entre otros componentes, las operaciones de SCAMPER. Este material está muy bien presentado y es útil para talleres de ideación en los que desees escudriñar problemas de distinta escala.

Pero…

TRIZ, SIT y SCAMPER son modelos con distintos supuestos que parten de la premisa común de que un problema puede resolverse si se enfoca de manera adecuada. Por supuesto, los problemas de los que hablamos deben tener causas identificables, aunque estas no sean conocidas en una primera aproximación: los problemas enrevesados (wicked problems) son animales de otra especie que requieren armazones también complejos para desentrañarlos, ya no digamos solucionarlos.

Tras haber probado estos distintos caminos, concluyo que la tarea ineludible (en la que enfatizan los tres), es conocer el contexto del problema. Es justo ahí donde se falla con mayor frecuencia, quizás porque el sobrediagnóstico ha devenido en una gran repelencia por investigar.

Guarda tus post its, aquí es donde te explico que entender las fases del problema, mapear a los actores clave involucrados, identificar los recursos que pueden servir para resolver la contradicción técnica, entre otros aspectos, es crucial para el éxito del proceso. No importa cuántos papelitos, toolkits o juegos de carta utilices, si no investigas el contexto, tu aproximación será superficial.

Por eso, aunque lo presento como epílogo, el Compás de primeros principios es el primer paso que sugiero utilizar y al cual propongo volver con el propósito de hacerte las preguntas correctas y no perder el norte. Es un conjunto de preguntas clave que abrevan obviamente de los primeros principios aristotélicos, pero también de TRIZ, SIT, el acrónimo ETPS de Francis Aguilar y otros trucos que he aprendido a lo largo de la vida.

Gracias a Ashby Solano y Hussein Arellano por su invaluable apoyo en la concepción y diseño de este lienzo.

Observa cómo es que el compás puede llenarse en el orden que prefieras, pero siempre comenzando por enunciar el problema en función de sus efectos indeseables, enfoque característico de TRIZ que te permite sortear la paradoja de Arjona que se enuncia así: “el problema no es problema.”

Arjona está triste porque no sabes enunciar los problemas como problemas

Conclusiones

Con estas herramientas he mejorado (y con la ayuda de un equipo de personas más ingeniosas que yo, claro está) el proceso de producción de la revista que coedito, Economía Creativa, así como una diversidad de procesos y formas de organización en diferentes compañías.

Ninguna herramienta ofrece soluciones totales de forma aislada, es preciso combinar estas máquinas para pensar y acompañarse del talento humano correcto para que las ideas que pudiesen surgir puedan modelarse, prototiparse y alcanzar un buen puerto.

¿Cuáles son tus maquinitas más poderosas para resolver problemas?

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