De las tendencias a las acciones: herramientas bisagra
Estoy cansada del ominoso uso de los reportes de tendencias como instrumentos publicitarios. Cada primer trimestre del año se publican reportes de todos los colores y sabores alrededor del mundo para recetarnos qué comprar, qué comer, cómo vestirnos, a dónde viajar, qué mundo virtual visitar, qué apps usar y así sucesivamente.
Tal vez porque desde chiquita disfruto llevando la contraria, este uso de los reportes como catálogos de Betterware me enerva, en mi entrega Carta de amor y ruptura a los reportes de tendencias explico mis razones, en caso de que quieras enterarte de todo el chisme.
Los reportes de tendencias son extremadamente útiles para conjeturar acerca del futuro, pero con frecuencia observo que las compañías que encomiendan estos instrumentos estratégicos no saben usarlos. Es comprensible: las tendencias necesitan otras herramientas que funcionen como bisagras para hacerlas hablar, por decirlo así, y no todo el mundo está al tanto de ello. Para resolver ese problema, aquí te hago algunas recomendaciones.
Todas las herramientas que a continuación refiero se alimentan con tendencias, pero ¿qué son? Distingámolas de las modas y del hype para mayor claridad:
- El hype es el estado de euforia alrededor de un producto, servicio, experiencia o tema. El mame, pues que, como viene, se desdibuja.
- La moda es un fenómeno sociocultural que consiste en la adopción temporal de bienes de consumo o ideas. Un poco más lento que el hype, pero también se diluye y después reaparece con ligeras modificaciones.
- Una tendencia es un patrón de cambio ascendente o descendente que implica una transformación conductual y de idiosincracia con manifestaciones concretas (Dragt, 2024), por lo tanto, es más complejo y lento que el hype y la moda.
Identificar patrones de cambio consistentes y reveladores tiene su ciencia, si sacas las tendencias de un reporte hecho por alguien más, asegúrate de que se obtuvieron con bases formales sólidas y no por ocurrencia. Si quieres aprender a analizar tendencias para no comerte reportes de dudosa procedencia, te recomiendo este video y este curso.
Ya que identificaste los patrones de cambio en torno a una organización, una industria, un particular asunto de interés, puedes usar cualquiera de estas herramientas bisagra para convertir dicho conocimiento en estrategia. Vale la pena decir que cualquiera de estos recursos se pueden elaborar en solitario pero funcionan mejor en formato de taller con actores clave.
El triángulo de futuros. Muchos años me resistí a usar este recurso creado por Sohail Inayatullah porque me parecía demasiado hippie para un buen análisis de futuros, sin embargo, mis estudiantes lo aprecian y usan mucho, por lo que terminé convenciéndome de su utilidad (¡gracias a mis estudiantes por insistir!).
Esta herramienta parte del supuesto de que el futuro plausible (aquel que se rige por las leyes de la física y el sentido común) es producto de la interacción entre el jalón del futuro (la visión o el anhelo de la persona o de la organización), el empujón del presente (los patrones de cambio que dan forma a nuestra vida mundana y a nuestras decisiones) y el peso de la historia (los valores de la organización y todas esas cosas que las personas y las organizaciones creen, con toda su carga mágica y aberrante).
El triángulo se rellena anotando los resultados en un papel o en un pizarrón digital. En talleres con distintos públicos he probado la inclusión de tendencias específicas en el empujón del presente y eso permite que los participantes se concentren en los temas que conocen mejor, es decir el jalón del futuro y el peso de la historia; así, es posible formular un escenario del futuro plausible que puede derivarse en otros escenarios mejores o peores, para después acordar medidas que permitan acercarse a la versión más deseable del futuro.
Cabe hacer notar que el triángulo forma parte del método de los Seis Pilares de Inayatullah, por lo que conviene ponerlo en contexto y no usarlo como un fin en sí mismo; pese a ello, como juego para reuniones familiares y para brillar en sociedad también es útil y entretenido.
La matriz FODA. Albert Humphrey no descansa en paz después de ver que rellenas esta fabulosa matriz con lluvia de ideas, otra de las herramientas más basureadas y mal utilizadas de occidente. Para que la matriz de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas funcione bien, debes rellenarla con hitos puntuales previamente investigados y con patrones de cambio sustentados técnicamente, es decir, con tendencias. Los hitos y tendencias ajenos a tu organización o a tu persona van en los componentes exógenos (amenazas y oportunidades) y los relativos a la organización van en los elementos endógenos (fortalezas y debilidades); con ese resultado puedes elaborar una matriz CAME o conjeturar escenarios alternativos. Aprende a usar el FODA bien y deja que Humphrey descanse en paz de una buena vez, por favor.
En este reporte encontrarás un análisis de tendencias (pp. 38–43) y una matriz FODA (pp. 57–58) basada en los hallazgos para ejemplificar mejor, a ver si así logramos que recupere la supremacía que merece como poderosa herramienta de análisis.
La matriz de incertidumbre. Esta lindísima herramienta creada por Jay Ogilvy y Peter Schwartz permite elaborar matrices de 2x2 que se rellenan con escenarios, los cuales se elaboran con base en dos variables. Estas variables pueden ser cada una tendencia que al formularse como pares de opuestos nos permiten establecer parámetros para los escenarios.
Acá te comparto un ejemplo relativo al futuro de las escuelas en México al 2030 basados en 2 tendencias que detecté hace un par de años: el incremento del home schooling y el no schooling, así como el incremento de la oferta de educación básica privada no acreditada por la Secretaría de Educación Pública.
Una vez que defines cuál es el escenario que la persona o la organización considera más deseable, puedes diseñar una estrategia para implementarlo o bien para sortear el escenario no deseable.
Si eres más sofisticado/a y prefieres escenarios más complejos basados en arquetipos que involucren más de dos tendencias, consulta el modelo de Manoa como alternativa.
La rueda de las posibilidades. Esta herramienta de reciente aparición creada por Patricia Lustig y Gill Ringland (The Possibility Wheel, 2024) permite idear respuestas a un reto concreto con base en las amenazas y fuerzas de cambio (tendencias de gran escala) identificadas en el sistema que se pretende mejorar.
La rueda funciona con tendencias como insumo para movilizar la ideación: colocas una pregunta clave al centro, después agregas un círculo concéntrico donde se abordan las grandes fuerzas y amenazas consideradas prioritarias para el asunto que estás trabajando. Lustig y Ringland proveen de una lista de amenazas y grandes fuerzas que se deben usar como referencia (yo estoy probando usar mi propia lista para experimentar, pero la verdad es que las autoras indican que se debe usar su lista).
En el siguiente círculo concéntrico se analizan los efectos de dichos patrones de cambio y, finalmente, en el último círculo se indican las posibles respuestas a la pregunta. Acá te pongo un ejemplo que el que estoy trabajando (está en proceso) y en el propio libro encontrarás ejemplos claramente explicados.
En resumen, las tendencias no hablan solas. Es necesario complementarlas con herramientas-bisagra o herramientas vocalizadoras para hacer sentido. Sin ese plug-in pueden funcionar como narraciones que te alertan sobre posibles amenazas u oportunidades (o como sugerencias para comprar cosas si suscribes el uso de las tendencias como publicidad), pero es posible que se te dificulte convertirlas en acciones.
¿Qué otras herramientas-bisagra conoces?